El adjetivo primero, por su parte, refiere a lo que antecede al resto en un cierto orden. Lo que se encuentra primero aparece, existe o se concreta antes que cualquier otro elemento de su misma especie.
A partir de estas dos nociones podemos construir la idea de primera infancia. Esta etapa de la vida puede dividirse en distintos periodos de acuerdo a la edad: la primera infancia es la etapa más temprana, aquella que comienza con el nacimiento y llega hasta los 5 años. La primera infancia, en definitiva, es la primera etapa en la vida de un ser humano.
No obstante, la UNESCO establece que la primera infancia es el periodo que va desde que el niño nace hasta que cumple ocho años de edad.
Estos años son clave en el desarrollo y la formación de una persona. El cuerpo y la mente comienzan a desarrollar sus estructuras esenciales en estos años y sentarán las bases para el crecimiento posterior. Una primera infancia de carencias, con cuestiones que impidan el desarrollo saludable, determinará toda la vida del sujeto.
Por todo lo expuesto hasta el momento, queda claro que la primera infancia es fundamental en la existencia de cualquier persona, pues en base a lo que experimente en ese periodo se sustentará su vida posterior. De ahí que tanto a nivel familiar como educativo e incluso mediante distintas políticas se cuide y proteja de modo especial esa citada etapa en la que tienen lugar importantes situaciones como estas:
-Se establecen lo que son las capacidades para establecer relaciones afectivas con otras personas.
-Se fomenta e impulsa lo que son las cualidades comunicativas en sus distintas variantes.
-Se desarrollan habilidades básicas tales como la motricidad e incluso el lenguaje.
-Se dejan claras y firmes las bases en cuanto a valores como la tolerancia, el respeto, el esfuerzo, la solidaridad.
-Se consolidan aspectos tales como la autoimagen que tienen los niños de sí mismos o su visión del mundo en el que vive y de las personas que le rodean.
Dicho de otra manera, de acuerdo a lo que reciba niño en su primera infancia (educación, alimentación, afecto, etc.), se convertirá en un adolescente saludable y luego en un adulto sano y apto para interactuar en sociedad.
Los niños que, en su primera infancia, reciben la atención y los cuidados necesarios, disponen de más probabilidades de crecer en buena forma, enfermarse menos y desarrollar sus aptitudes y habilidades vinculadas al lenguaje, el razonamiento y los vínculos sociales.
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